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Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalom su hijo. OH Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.2
Muchos dicen de mi vida: No hay para él salud en Dios. (Selah.)3
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí: Mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.4
Con mi voz clamé á Jehová, Y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)5
Yo me acosté, y dormí, Y desperté; porque Jehová me sostuvo.6
No temeré de diez millares de pueblos, Que pusieren cerco contra mí.7
Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío: Porque tú heriste á todos mis enemigos en la quijada; Los dientes de los malos quebrantaste.8
De Jehová es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)